EL JUICIO DE PARIS
En la boda de Tetis y Peleo, Eris, la diosa de la discordia, fue excluida...precisamente por eso. Resentida por tamaño ultraje, arrojó entre las diosas una manzana, al tiempo que decía: "para la más bella". Hera, Atenea y Afrodita se disputaron tal excelso honor, como corresponde a un casting de misses. Zeus no quiso intervenir; delegó en Paris (era listo..no quiso enredarse en cosas de mujeres) para que arbitrara la contienda. Las diosas intentaron sobornar a Paris. Hera, le ofreció la soberanía de Asia; Atenea, el poder de la guerra y, Afrodita, el amor de Helena. Paris se resistió como pudo...pero la belleza de Helena fue más poderosa...y sucumbió.
El pueblo griego fue verdaderamente grandioso; elegir el amor para explicar el origen de una guerra, no es baladí, aunque la forma no sea muy ortodoxa ;desde el origen de los tiempos, parece ser que ya exitian los sobornos...claro que, es bastante menos prosaico sucumbir al amor que al vil metal.
El pueblo griego fue verdaderamente grandioso; elegir el amor para explicar el origen de una guerra, no es baladí, aunque la forma no sea muy ortodoxa ;desde el origen de los tiempos, parece ser que ya exitian los sobornos...claro que, es bastante menos prosaico sucumbir al amor que al vil metal.
Y a nosotros, ¿Que nos ha quedado de todo eso?...Dos caras de una misma moneda: la manzana de la discordia y el magnífico cuadro de Rubens....además de que, en el amor y en la guerra, todo está permitido.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio