viernes, 16 de mayo de 2008

EL JUICIO DE PARIS





En la boda de Tetis y Peleo, Eris, la diosa de la discordia, fue excluida...precisamente por eso. Resentida por tamaño ultraje, arrojó entre las diosas una manzana, al tiempo que decía: "para la más bella". Hera, Atenea y Afrodita se disputaron tal excelso honor, como corresponde a un casting de misses. Zeus no quiso intervenir; delegó en Paris (era listo..no quiso enredarse en cosas de mujeres) para que arbitrara la contienda. Las diosas intentaron sobornar a Paris. Hera, le ofreció la soberanía de Asia; Atenea, el poder de la guerra y, Afrodita, el amor de Helena. Paris se resistió como pudo...pero la belleza de Helena fue más poderosa...y sucumbió.

El pueblo griego fue verdaderamente grandioso; elegir el amor para explicar el origen de una guerra, no es baladí, aunque la forma no sea muy ortodoxa ;desde el origen de los tiempos, parece ser que ya exitian los sobornos...claro que, es bastante menos prosaico sucumbir al amor que al vil metal.

Y a nosotros, ¿Que nos ha quedado de todo eso?...Dos caras de una misma moneda: la manzana de la discordia y el magnífico cuadro de Rubens....además de que, en el amor y en la guerra, todo está permitido.



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