LA FILOSOFÍA O EL TRÁNSITO DEL MITO AL LOGOS
La Filosofía, al igual que Prometeo, arrebató el fuego a los dioses: el fuego del conocimiento, del saber racional.
Los mitos se configuran como relatos fabulosos que intentan dar respuesta a las grandes interrogantes del ser humano, convirtiéndose asi en paradigmas de actuación. Se imponen como relatos investidos de autoridad, pero sin justificación racional. Son, a diferencia de la Filosofía, expositivos, no especulativos.
Lingüísticamente, el mito, no pretende reproducir la realidad o ser veraz, sino situarnos en un mundo fabuloso y espectacular regido por fuerzas sobrenaturales.
Su verdad está basada en la creación, es decir, explica cómo todo lo que nos rodea ha sobrevenido a la existencia a partir de la nada, de una creación, lo que le confiere el estatus de modelo a seguir.
Todas las culturas, en sus albores, han utilizado los mitos para explicar lo que sobrepasaba su entendimiento.
Su verdad está basada en la creación, es decir, explica cómo todo lo que nos rodea ha sobrevenido a la existencia a partir de la nada, de una creación, lo que le confiere el estatus de modelo a seguir.
Todas las culturas, en sus albores, han utilizado los mitos para explicar lo que sobrepasaba su entendimiento.
El paso gigantesco de la Filosofía consistió en salir del estatismo paradigmático e inmovilista del mito y, tomar las riendas del pensamiento para explicar la realidad a través de la luz de la razón.
La humilde importancia de la Filosofía consiste en eso: No es una disciplina que delimite sus campos de conocimiento de la realidad; todo le interesa porque es una herramienta para crecer, entender y vivir.
Poco importa que los primeros pensadores, los Presocráticos, acertaran o no cualitativamente en sus especulaciones; lo importante es que abrieron la puerta al criticismo del hombre, alejándole de prejuicios e intolerancias.
Tal dimensión tiene que, todas las religiones y poderes políticos, han intentado siempre mantener al hombre en ese primer estadío, con diferentes versiones, que le anclan en el determinismo creador e inamovible, en lugar de en el condicionante evolutivo de sus circunstancias, que le hace avanzar y ser el propio artífice de su vida, y de la Historia.
Pero lo obvio es, siempre, lo más difícil de ver.
Los mitos son explicaciones bellísimas, de una estética y magia incomparable....la trampa es que su apariencia nos engañe y veamos más de lo que hay; osea, lo que no hay...y lo que no hay es razón especulativa.
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