jueves, 19 de junio de 2008

ELLAS SON...SIEMPRE LO HAN SIDO, GUERRERAS




" Cuantos más amos tenía uno mayores eran la libertad y la diversión. Eso era lo que pasaba en la granja de Yasmina. El abuelo Tazi era la máxima autoridad, por supuesto, pero sus dos hijos mayores Hadj Salem y Hadj Jalil también tomaban desisiones. Cuando el abuelo no estaba en casa ellos actuaban como califas y a menudo hacían todo lo posible para exasperar a Yasmina y a las otras esposas del abuelo. Pero muchas veces Yasmina también los fastidiaba a ellos, afirmando, por ejemplo que antes de marcharse al amanecer el abuelo le había dado permiso para ir a pescar, afirmación que los dos hijos no podían refutar porque no se despertaban antes de las ocho de la mañana. Yasmina siempre se salía impunemente con la suya porque madrugaba, y me dijo que si quería ser feliz tenía que despetar antes que los pájaros. Si lo hacía, me dijo, mi vida se desplegaría ante mi como un vergel. La música de las pequeñas criaturas despertaría la alegría en mi interior mientras consideraba en silencio la forma de emplear el día y dar otro pasito hacia adelante. Me dijo que para ser feliz una mujer ha de pensar detenidamente y en silencio durante largas horas cómo dar cada pequeño paso hacia adelante.

- Lo primero es determinar quien tiene sulta, quien tiene autoridad sobre ti - me dijo Yasmina-
Esta información es esencial. Pero luego tienes que barajar las cartas, mezclar los papeles. Esa es la parte interesante. La vida es un juego. Considérala de ese modo y podrás reirte de todo el asunto"

Fatema Mernissi. Sueños en el Umbral

La verdad es que para reirse no es. La situación de las mujeres en las tres cuartas partes del planeta es para avergonzar y hacer clamar la voz de cualquier varón que se precie y que no quiera que se le identifiquen con esa lacra de su género.

Como mujer que soy, cada día que me vivo, al lado de mis compañeros, los varones, doy las gracias a la naturaleza por haberme concedido el privilegio de haber abierto los ojos en Europa, y en el siglo XX.

Desde esta posición tan fácil, sólo puedo decir que "las niñas buenas van al cielo, las otras a todas partes"...incluso a Toledo, sin carabina.



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