miércoles, 24 de septiembre de 2008

PRIMAVERAS



Reflexionaba yo hoy sobre eso de cumplir años.

Hace un par de días me ocurrió ese evento en carne propia. Cincuenta y dos primaveras y tan contenta, dado que la única manera de no cumplir años es morirse antes.

Decía Picasso que "hay que haber vivido mucho para ser jóven". Comparto plenamente esa opinión.

La juventud es un estado psíquico, vital; del alma, en definitiva, que remite a una etapa biológica datada cronológicamente de un ser vivo. Pero esa cualidad tiene mucho que ver con las vivencias, con las circunstancias: No la vive de igual modo un jóven del primer mundo que uno del tercero; el primero tiene el privilegio de poder disfrutar de esa calidad de ser jóven...al otro, en muchos casos, le han robado la juventud.

La vida lleva el sello de Penélope; es un contínuo hacer y deshacer para volver a rehacer; una constante decostrucción para volver a construir; una dinámica de modificación y acoplamiento permanente de las vivencias nuevas con las anteriores. Ese proceso necesita un desarrollo en el tiempo.

Cuánto más sintamos, experimentemos, contrastemos, descubramos, revisemos: vivamos, más amplitud mental y enriquecimiento vital conseguiremos; estaremos menos anclados en los condicionamientos que a todo ser le imponen las circunstancias de su entorno y de su tiempo; seremos más jóvenes en nuestros juicios, en nuestra aceptación de los otros, en nuestra tolerancia.

Los años sólo sirven para que el tiempo transcurra por nosotros haciéndonos viejos; la experiencia nos la proporcionan no los años,aunque sin ellos es imposible que se de,sino las vivencias.

Esa es la clave de Picasso: Acumular vivencias para que sólo pasen los años por el cuerpo, no por el alma.



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