D. ANTONI
Un día le preguntaron a D.Antoni Gaudi:
" - ¿Que pensaría usted de alguien a quién no le gustara su obra?; a lo que él respondió: No estaría hecha para sus ojos".
La respuesta de un genio con la que demostró algo más valioso: ser un gran hombre.
Se decía de él que era tacaño, mojigato y huraño. Tal vez ¿y?. Que arrogancia; encasillamos a las personas según nuestras percepciones, como si nuestra naturaleza y conocimiento abarcara a un ser humano;.fuera otra...superior; en otro barco que el de la vida.
Sólo podemos elegir, no juzgar; para eso están los jueces y los curas. Tomar lo que nos produce bienestar y, alejar lo que nos daña; nada más.
Fue un hombre coherente: cabal. austero, humilde y entregado; tanto que, cuando le atropelló un tranvía el 10 de junio de 1926, por su vestimenta, parecía un mendigo.
Las personas pueden gustarnos mucho, poco o nada, por los intrincados caminos del inconsciente. Pero nuestros gustos no son garantía de nada. No son leyes universales. A las personas que admiramos son a las que, aunque no nos gusten, son fieles a sí mismas y, por tanto, honestas con todos los demás.
Mañana hace treinta y dos años que pasó de la vida a la Historia: Don Antoni, le ruego me acepte este clavel.
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