MIS INVITADOS
Como persona hospitalaria que soy, trato muy bien a mis invitados. Les doy cama, cobijo y, las viandas que, en algún desliz callado, intuyo que les gustan.
Mientras los observaba, sin mover un músculo... para que mi mirada no fuera objeto de la suya y me esquivaran, pensaba en un poema que leí hace tiempo.
Cruzaré por tu calle como por tu cuerpo
con un poema desnudo de toda enciclopedia
quien soy yo para nombrar tu claridad
en un amanecer que se sonroja
boca de mirlo sin sed y sin abrigo
Para ti no tengo coartada, ni gloria, ni infinito
no tengo amaneceres, ni pájaros ni madreselvas
no tengo avestruces en cuyo vientre acurrucarte
Para ti no hay espinas, ni aduanas, ni soldados
no hay sombras, ni famas, ni gorriones
no hay púas, ni codornices en el estómago del día
para ti sólo tengo mi condición de gaviota triste
mi vuelo
y voluntad de arena
Leticia Luna. Sin pájaros ni madreselvas
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